México responde...


Localeando, El Diario de Coahuila, 10 de julio 2003

En un discurso dado por Winston Churchill allá por los años 40´s se pudo apreciar su visión terrenal sobre los sucesos políticos y electorales que acontecían por aquella época en su natal Inglaterra. En aquel entonces, este histórico personaje señalaba que era muy difícil que se ganará una guerra simplemente teniendo en cuenta las encuestas Gallup, midiendo solamente el temperamento ciudadano, y además, palabras más, palabras menos, señalaba también que un gobernante debía tener siempre la oreja pegada al suelo.

Esta analogía cae como anillo al dedo al Presidente Fox, quién a pesar del vendaval que recibió, continúa haciendo ciertas declaraciones que lo único que muestra es que continúa usando una máscara ficticia que su equipo de colaboradores se encargaron de colocarle desde el principio de su administración.

Francisco Ortiz, de la oficina presidencial de imagen, podrá ser un muy buen intelectual de la imagen publicitaria, pero de relaciones y asuntos políticos sabe absolutamente muy poco. Cree que solo basta un alto porcentaje de aprobación para que todo marche de maravilla, y en consecuencia para que las reformas estructurales tengan una salida exitosa. No se da cuenta que los resultados de esa aprobación del presidente están basados prácticamente en la persona per se y no tanto en su actuación, entes que son muy, pero muy diferentes.

Casualmente, desde que la presidencia inicio su campaña de “México pregunta, Fox responde” (mes de febrero o marzo), la tendencia del PAN en las preferencias del electorado se vino a la baja. En lugar de posicionar los logros del Presidente, se posicionó con letras mayúsculas lo que esta administración ha carecido desde que inicio: incapacidad de no provocar y de llevar una buena relación con la oposición. Yo me pregunto ¿acaso esto no lo vio Francisco Ortiz cuando era tan evidente?

Caso contrario Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del D.F., quién se mantuvo con bajo perfil en los medios de comunicación, y dejo que la misma inercia de sus actos hablaran por si solos. Lo anterior, aunado a la excelente relación que lleva AMLO con los reporteros que cubren esa fuente, fueron los factores que contribuyeron al éxito del PRD en la capital del país.

No cabe la menor duda de que Fox es una persona buena y bien intencionada, pero no basta solamente con ser una persona carismática y con “echarle ganas”, para sacar a este país adelante. Durante toda su gestión se ha venido cometiendo el mismo error que todas las administraciones gubernamentales emanadas del PAN: querer cambiar al país, estado o municipio, de la noche a la mañana y sin tomar en cuenta y en su justa dimensión el contexto político existente (un PRI todavía con mucha fuerza y haciendo actos no “morales” en campañas electorales).

Por otra parte, no dudo que los secretarios de Estado tengan buenos resultados en sus indicadores internos (porque es justo reconocer que sí se ha avanzado en algunos temas), tal y como lo señala Fox, pero muchas veces es necesario “sacrificar” a alguien para desatorar algún obstáculo que este impidiendo el avance sustancial en algún tema. Este lado oscuro de la política a la larga viene a refrescar y a renovar las relaciones entre los actores. A nadie le gusta tomar una decisión de esta naturaleza, pero quiénes están en esos cargos bien sabían a donde se iban a meter antes de aceptar dicha función.

Fox por su parte debe ya de dejar de cometer errores declaratorios infantiles que hacen que hasta su mismo partido se ponga en situación penosa para tratar de saldar dichas pifias. La declaración de que en su gobierno hubo “cero errores” simplemente confirman que el presidente es un ser muy emotivo y reaccionario ante cualquier trampa periodística. Que le hubiera costado contestar simplemente algo así como “soy humano, que no se les olvide”. Con esta simple declaración hubiera enviado varios mensajes ocultos, entre ellos dar a entender que todo humano comete errores, pero sin decirlo. Los pocos votantes indecisos hasta ese momento tuvieron una razón más para no votar por su partido.

Ahora bien, con los resultados del pasado 6 de julio tampoco es para que el PRI eche las campanas al vuelo ya que el número de votos totales que obtuvo apenas si fueron 9.3 millones, cuando en el 2000 obtuvo 14.2 millones y en 1997 11.3 millones, lo que marca una tendencia claramente a la baja. Si bien es cierto que el PRI arraso en Nuevo León, también es cierto que es probable que al menos pierda Sonora y quizás Campeche, amén de San Luis Potosí.

Por otra parte el PRI solo aumento en alrededor de catorce diputados en la cámara baja, cuando el PRD aumento en 100% su presencia en dicho órgano. Este si es un avance significativo, aunque el PRD perdió ganando ya que en algunos estados del país, como en Coahuila y Campeche, dejó de ser la tercera fuerza electoral, concentrándose su fuerza en alrededor de 7 estados únicamente. Además, Rosario Robles solita se puso la “soga al cuello” al prometer que dejaría su cargo en caso de no llegar el 20% de los votos, cosa que sucedió (17.1%).

Ante lo anterior menuda tarea tiene el consejo político de dicho partido porque, en caso de hacer cumplir la promesa de Robles y de actuar en consecuencia congruentemente, no hay un persona de peso que la sustituya de cara a las elecciones del 2006. Mi pronóstico es que Robles seguirá en su cargo y que el consejo político alguna maniobra hará para saldar dicha desliz.

El futuro político no pinta nada halagüeño, y en el corto plazo el repentino asunto “Sonora” complica los escenarios. Sin embargo estoy casi seguro que al menos dos o tres reformas estructurales saldrán adelante: la energética (siempre y cuando Fox no diga que ya esta amarrado cuando en realidad no es así, cuando en realidad se esta negociando arduamente, recuérdese su declaración en Europa), la de la reelección de diputados y la reforma electoral (aunque esta última no es una reforma de las consideradas “estructurales”, si es una reforma muy importante).

Por lo pronto México respondió a través de los electores y su mensaje es muy claro: “partidos políticos acuerden porque queremos cambios y pronto”. Ojalá tengan la suficiente capacidad para hacer esto porque si no México volverá a responder. Así que ningún partido político puede cantar victoria todavía.

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