El PAN en Saltillo: un diagnóstico


Localeando, El Diario de Coahuila, 16 de mayo 2004

En toda su historia en Saltillo, el PAN solo ha vivido dos momentos de éxtasis política: en 1990 y en 1996. La pregunta es ¿Cuándo retornaran esos momentos?. Aquellos éxitos electorales fueron generados en gran parte por los errores que políticos del PRI habían cometido (Eleazar Galindo Vara y Rogelio Montemayor) y por las características sociales de los candidatos del PAN a la Alcaldía. Basado en lo anterior, se puede decir que el PAN no ha podido hacerse de una victoria gracias a su fortaleza política,  aunque es preciso reconocer que esos aprovechamientos son tan válidos como los triunfos logrados.

Esto nos lleva a reflexionar sobre la fortaleza institucional que ha poseído, que posee y que poseerá este partido en la región. Los últimos acontecimientos que se siguen dando en su interior como consecuencia de la lucha entre dos bandos, pudiera llevarnos a cometer el enorme error de encasillar su debilidad en solamente este hecho, cuando son muchos los actos que lo han alejado de las preferencias electorales. En otras palabras podríamos decir que el PAN en Saltillo es un barco que hace agua por muchos puntos de su estructura.

Aunque el divisionismo afecta al PAN en todo el Estado, este no mantiene la misma fortaleza en sus diferentes comités municipales. En Torreón al menos han logrado mantener presencia entre los votantes, además de que han permitido y promovido el surgimiento de políticos jóvenes que hoy ocupan diversos espacios de poder como lo son la Alcaldía de Torreón y al menos dos curules en el
Congreso del Estado.

Con las fortalezas que actualmente tiene el PAN en Saltillo, la cual yo la reduciría a la tradición, me atrevo a decir que seguirá estando condenado a ser un partido que se sirve de las coyunturas para sobresalir. En todos estos años que el PAN lleva de ser oposición en Saltillo, la creatividad política no ha aflorado para tratar de encontrar los medios posibles de recuperar el voto de un electorado que cada vez es más educado y que además esta harto de las descalificaciones y agresiones políticas sin razón.

Desde afuera se ve que su dirigencia, militancia y estructura están sumergidos en una zona donde dicha creatividad esta prácticamente desaparecida y la poca que surge, va en contrasentido de lo que esperan los ciudadanos, y para muestra basta un botón: el contenido editorial de su nuevo vehículo de comunicación escrito y titulado “Acción”, no es más que un panfleto sin ideas propositivas y que raya en la politiquería. Y aunque este folleto lo edita el Comité Estatal, la ciudadanía no diferencia entre comités de diversa cobertura: el PAN es igual de donde venga para el elector.

El PAN en Saltillo es un partido que asusta, que se evita a sí mismo, que solo funciona en época de elecciones. Un partido al que da miedo acercarse, un partido secuestrado y que carece de la habilidad del diálogo y el acuerdo entre sus mismos militantes, simplemente porque el punto de debate son las personas y no las ideas.  Me da la impresión de que la voracidad política de algunos de sus militantes y camarillas raya en un egoísmo que atenta contra la naturaleza misma de un partido político.

El PAN es un partido que debe reorientarse para ser una opción viable de poder. Su apertura es requerida mucho más que en otros municipios o Estados. Su purificación debe comenzar con un ejercicio interno de reflexión donde las pugnas deben quedar fuera. Aunque son pasos difíciles de dar, el PAN requiere de profesionalizar su dirigencia y de una depuración de la militancia tradicional que poco aporta pero si mucho divide y resta.

En lo que respecta a la generación de nuevos cuadros que renueven la sangre de la militancia, el PRI le lleva años luz al PAN. Mientras los jóvenes priístas se están forjando en los espacios naturales que ofrece el ostentar el poder, el PAN sigue sin ser capaz de armar un punto de encuentro que identifique y reúna a los líderes juveniles de Saltillo.

Los conflictos entre los dos bandos (Rosendistas y Garciavillistas) y la existencia de un tercer grupo tradicional que sigue atado al pasado, no han sido del todo eliminados. La recién concluida gira de la unidad que pretendía rejuntar al panismo en Coahuila resultó en acuerdos que más temprano que tarde volverán a romperse. Su miopía pleitista les impide visualizar que están condenando al partido a un destino que solo le queda “colgarse” de la popularidad de algún candidato para poder ganar y/o sobrevivir. Esta es una característica de los llamados partidos pequeños.

Es más, el delegado actual, y que esta por irse, ha reconocido su impotencia al no poder generar un ambiente donde prevalezcan las discusiones sobre las propuestas a presentar a los coahuilenses y no los ataques y descalificaciones entre sus mismos militantes. Bajo este escenario, solo un error fatal por parte de un actor importante del PRI haría que este partido renaciera en Saltillo durante las elecciones del 2005.

En una ciudad cargada de retos, donde hay mucho que construir y mejorar, donde se requieren de innovaciones gubernamentales e institucionales de primer orden, el PAN tiene aún oportunidades para alcanzar a re-fundarse quizás no con miras a las elecciones del 2005 pero si para un largo plazo que se antoja complicado para la zona sureste de Coahuila.

La democracia no puede ser una realidad cuando solo existe una fuerza política que ostente el poder holgadamente dentro de una sociedad. El equilibrio político es una necesidad que solo es posible mediante la existencia de partidos fuertes y atentos a los reclamos sociales. Saltillo requiere de ese equilibrio político que nunca ha sido sólido y que solo se da en momentos de coyuntura. Ojalá el PAN pueda pronto encontrar el sendero adecuado que lo haga convertirse en una opción política para un electorado que esta sediento de eso: opciones. No lo digo por ellos, lo digo porque la sociedad y hasta sus contrincantes políticos lo requieren.

Glosa: el pasado sábado se formalizó la intención de crear el partido México Ciudadano para apoyar la candidatura presidencial hacia el 2006 de Jorge Castañeda e impulsar una plataforma política contra "la partidocracia". Por lo pronto celebro su incursión a la vida política de este país.

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