Artículo Localeando, El Diario de Coahuila, 6 de mayo 2004
Mientras
el eje Gobierno federal-PAN y se enfrenta al PRD en una discusión a veces sin
forma, el país requiere de un mediador político que no eche material flamable a
la hoguera política en la que nos encontramos. Pero ante la polarización de los
actores políticos y sociales dados los últimos acontecimientos ¿Dónde
encontrarlo?
En las
etapas difíciles de México, hablando políticamente, usualmente ha habido un
tercer actor que se ha encargado de hacer la labor de intermediario para
acercar las posturas de las dos partes en conflicto. Durante muchos años el PAN
jugo ese papel entre el PRI/Gobierno y el PRD, en otras ocasiones la Iglesia a
fungido como tal, así como los empresarios.
En un
ambiente político normal, se pudiera decir que al Secretario de Gobernación le
corresponde acercar las visiones políticas de los diferentes actores, pero dado
el sentido en que se han tornado las cosas, difícilmente éste puede ser
considerado, al menos por el momento, como ese tercer actor que encontrará
convergencias entre las diferencias. Y es que el asunto de Cuba ha polarizado
aun más la posición de un Secretario de Gobernación que naturalmente tiene que
defender al gobierno, es mas, hemos visto a un Santiago Creel mucho más
enérgico que en otras ocasiones.
Aunque
poco a poco comienzan a salir las piezas que van dando forma al rompecabezas
político-diplomático (El PRD ya acepto haberse reunido con los cubanos
expulsados para tratar el caso Ahumada y
Creel ya acepto la posibilidad de que funcionarios de no tan alto nivel
hayan participado en el complot), la distensión de actitudes aun se encuentra
lejos.
Ahora
bien, es preciso reconocer que la comparecencia del viernes pasado de los
secretarios Creel y Derbez ante la Comisión Permanente del Congreso sin duda
sirvió para permitir que algo de vapor saliera de la olla express, generando una tregua para que mientras ese
mediador llegue y apaga la llama que la mantiene constantemente a punto de
explotar.
A pesar
de lo anterior (quitarle presión y tensión al tema) el principal beneficio
obtenido con dicha comparecencia es ese debate frontal tan necesario para una
democracia ya que permite ir desahogando las diferencias en un marco de
discusión civilizado. Si nos ponemos a observar un poco, nos daremos cuenta que
una vez celebrado un debate y después de pasadas las primeras impresiones y
recuento de saldos, las fuerzas políticas participantes entran en un ambiente
de calma, es decir a realizan un recuento de daños.
Tenemos
entonces que ese mediador tan necesario no saldrá de ninguno de los dos bandos
enfrentados, sino de afuera y como están las cosas dudo que otros sectores
(Iglesia, empresarios, académicos, etc.) puedan fungir como tal, es por eso que
queda solo un actor de peso: el PRI.
El PRI
es un partido que podrá ser todo lo que usted quiera pero de que tiene oficio
político eso ni duda cabe, el problema es que últimamente no lo ha hecho notar
debido a sus problemas internos y a su actitud titubeante en el conflicto Gobierno/PAN
versus PRD, lo que genera indecisión de subirse o no al ring.
Entonces
las preguntas son: ¿Cómo recurrir a un PRI que sigue perdido entre sus luchas
intestinas? ¿Cómo recurrir a un partido que pudiendo ser el gran protagonista
prefiere intentar desacreditar a sus dos contrincantes? ¿Por qué escoger un
camino que al ciudadano común ya lo tiene fastidiado?
Desde
mi punto de vista el PRI ha equivocado la estrategia en medio del escándalo ya
que con ella se ha intentado subirse a un ring cuando tiene la enorme ventaja
de la neutralidad, lo que lo puede llevar a posicionarse ante los electores
como el partido que deshizo ese nudo gordiano que tanto esta frenando el
desarrollo país.
El
problema para el PRI es que las luchas al interior no cesan y el caso de
Aguascalientes representa un golpe más a la atribulada unidad de dicho partido
y lo que es aun peor, este caso vuelve a introducir otra nueva coyuntura de
carácter Estatal pero con repercusiones en el ambiente político nacional.
El PRI
sigue siendo rehén de dos corrientes que al parecer son ya irreconciliables
(Madrazo y Gordillo) y donde al parecer el principal choque vendrá durante el
2005 en las postrimerías de la selección de candidato presidencial
Lo que
urge entonces es un cambio drástico al timón del barco nacional. A todos nos
caería muy bien por ejemplo que el Presidente del PRI diera a conocer a través
de los medios de comunicación que ha hablado personalmente con el Presidente
Fox y los presidentes de los partidos PAN y PRD para convocarlos y tratar de
sentarse a una mesa a dialogar y sacar las reformas estructurales que por el
momento se encuentran abandonadas.
Aunque
se antojaría imposible que dicha reunión se llevara a cabo, lo que si es que al
menos introduciría en el escenario político un lenguaje de reconciliación que
tanta falta hace ver en los medios de comunicación.
El
asunto de Cuba trajo a polarizar aun más las posturas de los dos principales
protagonistas de esta tragicomedia política: el Gobierno federal y el PRD, y
con un PRI que se quiere subir al ring, lo único que hacen todos es abonarle
con sus actitudes el terreno a Jorge Castañeda. Recordemos que Castañeda fue el
único precandidato que subió en las preferencias electorales durante el mes de
abril y lo seguirá haciendo mientras esto se alargue.
Ya
Lorenzo Meyer lo dijo alguna vez: la
diferencia entre Brasil (que corre por el sendero de la izquierda con Lula) y
México (que corre por el sendero de la derecha con Fox) estará en la calidad de
la clase política de cada país. Y si en un principio el país amazónico llevaba
la delantera, hoy parece haberse estancado, lo desafortunado es que México se
quedó estancado hace ya tiempo.
Si los
partidos en México se pelean por posicionar cada uno su ideología para llevar a
cabo su plan de gobierno están cometiendo un error. Hoy el electorado en otros
países ya no vota por una izquierda, derecha o centro. Esta votando por aquel
partido que lleve a cabo un gobierno competitivo y con resultados. Así que PRI,
PAN y PRD, olvídense de colocar su ideología y modifiquen la estrategia porque
el electorado mexicano va en la misma tendencia.
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