Tijuana, Hank y el PAN


Artículo Localeando, El Diario de Coahuila, 8 de agosto 2004

Situada entre dos culturas que la hacen ver como la Tercera Nación, Tijuana es una ciudad cargada de interesantísimos fenómenos socio-culturales y ahora también políticos. Su heterogeneidad social, alimentada constantemente por la alta inmigración hacia esa zona (6 de cada 10 tijuanenses provienen de otras zonas de México, incluso de otros países) tenía que forzosamente influenciar tarde o temprano en lo político.

Muchos investigadores, académicos y políticos se preguntan ¿Qué paso en Tijuana como para que haya ganado un neo-político de las características de Jorge Hank Rhon? ¿Acaso los tijuanenses, sociedad avanzada en algunos frentes, comienza a mostrar síntomas de agotamiento socio-político? En el fondo de todo esto ¿Cuál es el mensaje de la elección que ofrece aquella ciudad al resto del país?

A una semana del proceso electoral las respuestas salen de todas partes y se dirigen a todas direcciones, pero la común coincidencia es que la democracia como puede traer notables beneficios también puede venir acompañada de algunos maleficios. Al final, todos tenemos dentro de una democracia las mismas reglas y por lo tanto las mismas oportunidades de arribar al poder.

Jorge Hank Rhon es un tipo sumamente sui generis. Su historial de vida personal y profesional ha dejado mucho que desear desde su llegada a Tijuana a mediados de la década de 1980. Dueño de infinidad de negocios, aunque muchos de ellos malogrados, y de una vida que carga a cuestas la sospecha del asesinato de un periodista, Hank tiene una excelente oportunidad para reivindicarse como una persona capaz de hacer un buen papel en esta nueva faceta de su vida y para inspirarse tiene a un actor político bastante cerca de él: el gobernador de California y también novato en la política Arnold Schwarzenneger.

El “Governator” contra todos los pronósticos posee hoy en día un 65% de aprobación de su gestión (más alto incluso que el porcentaje obtenido por Ronald Reagan en la cúspide de su administración en California en 1969) después de que ni el propio Presidente Bush apostaba un cacahuate por él. ¿La receta? Trabajo, consensos y buenas decisiones que conllevan a resultados favorables. De la misma manera Hank puede hacer lo propio, aunque obviamente el esfuerzo para éste ultimo deberá ser el doble dada la diferencia en historiales.

Pero la política es a veces tramposa y ofrece, además de oportunidades, riesgos que pueden llegarlo a hundir sin piedad, pero no solo a él; también a su padrino político Roberto Madrazo. Por obvias razones Hank será muy bien vigilado y desde hoy el PAN prepara ya toda una estrategia para saltar sobre él en caso de descubrirle alguna irregularidad.

Definitivamente Hank no tiene la culpa de haber ganado. Él junto con su equipo de campaña hizo (bajo métodos legales o ilegales) lo suficiente para alcanzar la victoria:  movilización del voto duro priísta, derroche de grandes cantidades de recursos económicos, evasión al debate político (porque sabía que tenía enormes debilidades), buena campaña en medios y un lenguaje común que atrajera a los menos educados.

Hasta aquí se pudiera concluir que la democracia ofrece por lo tanto nuevas oportunidades para algunos, ganando aquel que muestre capacidades y habilidades para desenvolverse en entornos nada sencillos. En el otro lado de la moneda, tenemos que también ofrece amargas lecciones para otros. En abril, cuando hice una visita a aquella ciudad, el candidato panista tenía una ventaja de aproximadamente ¡20 puntos! sobre Hank ¿Qué fue lo que paso?

Conocidos panistas de Baja California me comentan que nuevamente el divisionismo interno hizo de las suyas, confirmando lo ya ampliamente probado; cuando el PAN acude a elecciones bajo este escenario es muy probable que pierda, no importando su fortaleza. A los electores les atrae enormemente los partidos unidos y sólidos y en esta ocasión no fue así al menos en el PAN-Tijuana, igual que en el PRI-Aguascalientes.

La elección en las internas del ahora ex –candidato panista a la Alcaldía, perteneciente al grupo del actual gobernador autoritario de Baja California (Eugenio Elorduy), no dejo buen sabor de boca dentro de las filas del grupo de Ernesto Ruffo (¿Sabrán perder los grupos panistas en las internas?), conllevando en las campañas formales a la apatía a un amplio sector panista.

Si a los anteriores hechos le agregamos, según me dicen, una completa prostitución del ejercicio de gobierno del actual Alcalde panista de Tijuana más una no muy buena relación con diversos sectores sociales, entonces no se podía esperar un resultado diferente a la derrota. El PAN, a pesar de una mala actuación de su actual gobierno municipal pudo haber alcanzado al victoria pero su fortaleza es tan débil que solo basta una división interna para que sus propósitos se derrumben.

Germán Martínez, coordinador adjunto de la bancada del PAN en San Lázaro, dijo con motivo de la derrota de su partido en Tijuana una frase lapidaria completamente real: el PAN de Baja California le debe una disculpa a los bajacalifornianos por haber dejado que personajes no deseables en la política lleguen a puestos de poder. Pues bien, no solo los tijuanenses sino todos los mexicanos seguimos esperando esa disculpa.

El PRI de Madrazo por lo pronto tiene mucho que festejar en aquellas tierras. Si bien se quedo muy lejos en lo referente a las elecciones de diputados locales, estuvo muy cerca de darle otro severo golpe al PAN en Mexicali (éste gano apenas por 118 votos) y en Ensenada. Estos resultados nos indican que para la próxima elección de gobernador más le vale al PAN trabajar ordenadamente y con resultados en las Alcaldías, gobierno del Estado y en el Congreso, de lo contrario el siguiente gobernador llevará por nombre Jorge Hank Rhon.

Termino insistiendo en que la política y la democracia son generosas porque pueden llegar a ofrecer segundas oportunidades si una mezcla de factores se da. Cargado de optimismo y evitando el contagio de los más pesimistas señalo que por el bien de Tijuana y del país (más que por el propio Hank) esperemos que el próximo alcalde priísta sea una agradable sorpresa.

Pregunta final ¿Se imagina a un tipo como Hank siendo alcalde de Satillo? La democracia puede hacerlo realidad. Cuidado.

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