República de AMLO (2)

La política no es una ciencia exacta y ello obliga a construir todo tipo de escenarios posibles con los acontecimientos que van desarrollándose o que se darán con certeza, como la próxima Convención Nacional Democrática, liderada por AMLO. Ese día, el 16 de Septiembre, pueden ocurrir hechos sorprendentes y otros predecibles. La creación del gobierno alterno es uno de ellos, el cual quizás por sí mismo no sea un factor amenazante a nuestra estructura política y económica, ésta última todavía con marcada robustez. Pero la perspectiva cambiaría totalmente si esa iniciativa comienza a ser reconocida formalmente por actores políticos locales, Cabildos, Congresos locales y gobernadores, todos de origen perredista.

Sobre este punto (del reconocimiento del gobierno alterno) discutí con un buen amigo que labora para un prestigiado periódico del norte del país y comenzamos a construir escenarios. Por un lado visualizamos que por parte de los gobernadores se ve algo difícil que apoyen un proyecto realmente muy temerario (e histórico). El gobernador electo de Chiapas ya marcó distancias con AMLO. Zeferino Torreblanca (Guerrero), Narciso Agúndez (BCS) y Lázaro Cárdenas (Michoacán) están más que ocupados con la inseguridad local, además este último ya reconoció a FCH, pero recordemos que sus gestiones tienen un fin y políticos con otras ideas pueden convertirse en gobernadores. El punto nodal sería el Jefe de gobierno del DF, quien más temprano que tarde deberá definirse aunque en días pasados desconoció a FCH como Presidente Electo y para sorpresa de muchos, Amalia hizo prácticamente lo mismo.

Después agregamos el factor Tabasco, donde un triunfo del candidato perredista (Raúl Ojeda) e incondicional de AMLO, complicaría el escenario y sería oro puro para los radicales perredistas y su plan de la República del Sur. Un fuerte contrapeso para este proyecto lo es el resto de los estados sureños, gobernados por el PRI y PAN, pero debe recordarse que en ellos habitan cientos de actores políticos y líderes locales (alcaldes, diputados locales, atencos, zapatistas, grupos guerrilleros, etc) que apoyan a AMLO y eso se vio claramente reflejado en la pasada elección.

Ahora bien, Oaxaca, por su situación, es un caso especial y además preocupante a pesar de que la APPO ya se desmarcó del PRD. Los oaxaqueños hoy se sienten olvidados por la federación. Incluso la IP a través de Fredy Alcántara, dirigente de la Asociación de Hoteles y Moteles, lanzó un angustioso llamado que se resume a ‘Oaxaca está en México’. Por si fuera poco, seis autodenominadas organizaciones armadas revolucionarias amenazaron, a través de un comunicado, con responder a las fuerzas de seguridad nacional si intervienen en el conflicto que se vive en Oaxaca.

No es lo mismo un apoyo personal que un institucional. Si los gobernadores y alcaldes perredistas quisieran reconocer formalmente al gobierno alterno, tendrían que promover iniciativas ante sus respectivos cuerpos legislativos y luego ser aprobados por estos, pero todo es posible en política y de darse, las batallas jurídicas serían interminables dada las acciones de inconstitucionalidad que seguramente diputados y regidores panistas y priístas interpondrían ante la Suprema Corte. Para esos momentos el daño sería terrible para el país. Además habría que considerar a los otros gobernadores, Congresos, Alcaldes y Cabildos del norte y centro del país ¿Cuál sería su posición en un muy radicalizado ambiente? ¿Dejarían que los perredistas radicales se fueran ‘a su República del Sur’ para así librarse de ellos?

En el escenario internacional AMLO y su gobierno alternativo nacería muerto. De entrada la semana pasada el secretario de la OEA, José Insulza, declaró que esa organización jamás reconocerá a un gobierno que no emane de las instituciones, es decir del IFE o del TRIFE. Adicionalmente, la prensa internacional y varios gobiernos extranjeros profundizarían sus ya de por sí condenas a las actitudes mostradas por el Peje. Pero el otro lado de la moneda lo componen Hugo Chávez y en menor medida el gobierno cubano, cuyo apoyo moral esta cien por ciento del lado del perredismo.

Quién nada o poco tiene es el más propicio a arriesgar el todo por el todo y AMLO se está acercando a ese límite. La caída de su imagen, reflejada en todas las encuestas, hará actuar al perredista de una forma o de otra. De asimilar su derrota o bien de hacer realidad su sueño y ya entrado en calor de formar la República de AMLO, soportado por gobiernos sureños, zona rica en recursos naturales pero pésimamente administrados.

Con el actual contexto no puede descartarse ningún escenario y para todos se deben elaborar salidas y soluciones. La Republica de AMLO, debe quedarse en la cabeza de su diseñador y constructor, es decir del ex –candidato presidencial. Lamentablemente semillas ya fueron sembradas y dependerá de mucho trabajo político y social para marchitarlas lentamente. De lo contrario solo se estarán gestando las condiciones que adelantarán el tiempo para el surgimiento de un movimiento formal y debidamente organizado de corte secesionista, el cual ha sido previsto para darse hacia finales del siglo XXI, según algunos investigadores.

El tiempo avanza y el ambiente político-social en el mundo y en el país se hace más complejo. La tecnología del Internet (blogs, páginas Web, boletines electrónicos, etc.) difunden todo tipo de ideas e invitan a la acción, altera procesos, disminuye distancias físicas y define comportamientos amenazantes al estatus quo nacionales que ahora conocemos.

El terrorismo, el separatismo y el extremismo (las tres fuerzas malignas, según los chinos) son los grandes desafíos para los países en el siglo XXI. Bolivia (ahora mismo en riesgo de dividirse), Rusia, China, India, Brasil, España, Canadá, Ecuador, Turquía y muchas naciones lidian con ellos diariamente ¿Acaso México es tan sólido, institucionalmente hablando, para librarlos? No. Las actitudes recargadas en discursos de “no pasa nada”, “México es más grande que cualquier hombre”, “México es uno y punto” y otras muchas más de este tipo (cegadoras y simuladoras), en nada contribuyen a construir patriotismo si detrás de esas palabras no hay decisiones y acciones que disminuyan el deseo de crear una República de AMLO (o del Sur o del Norte). Porque después, después ya será muy tarde.

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