Más dinero al Sur… otra vez

Localeando, 4 de Octubre de 2007 
Jaime Villasana Dávila 

En días pasados los gobernadores de Chiapas, Oaxaca y Guerrero presentaron ante el Congreso federal el Programa del Sur, cuyo objetivo es elevar a la media nacional los niveles de educación, salud, vivienda e infraestructura de sus entidades.

Según reportes de prensa, el programa ya recibió el aval de todos los partidos para llevarlo a cabo, asignándoles para 2008 una bolsa especial de12 mil millones de pesos y la meta es otorgarles en los próximos cinco años el 1% del PIB.

Para “dar” confianza, se incluyeron en el programa normas de transparencia y fiscalización, en coordinación con la Auditoría Superior de la Federación. En suma, todo pinta para que ahora sí las cosas marchen mejor en esa zona donde viven 11 millones de mexicanos.

Sin embargo, tengo mis dudas porque lo mismo se nos dijo en épocas anteriores. Los gobiernos de Salinas, Zedillo y Fox implementaron programas especiales para mejorar niveles de vida en la zona y el país les ha invertido cantidades colosales de recursos: Tan sólo con el Ramo 33 se han transferido de 1998 a 2007 aproximadamente 11, 920 millones de dólares en Chiapas; 11,153 millones en Oaxaca; y 10,744 millones en Guerrero. Coahuila ha recibido tan sólo 5,540 millones de dólares (cifras calculadas en base al 1er Informe de Calderón).

Si estas cifras las contrastamos contra la población de 2005 entonces tenemos que desde 1998 hasta 2007 se han invertido por persona: En Chiapas $30,494 pesos; Oaxaca $35,055; Guerrero $38,126. En Coahuila la cifra es de $24,376 pesos.

Con todo ese dineral invertido los avances logrados son muy pobres y un solo dato lo dice todo; el índice de población en miseria es de más de 65%.

¿Por qué esa zona no avanza? A muchos les gusta decir “porque la zona es muy compleja socialmente, su ubicación, el país sigue sin pagar su deuda histórica con ellos o porque el rezago es demasiado grande”. Para mí las razones son otras cómo nuestra tolerancia a caciques tipo Ulises Ruiz, la protección entre gobernadores (quienes alegan soberanía), la falta de pragmatismo político y el pésimo diseño de nuestro pacto federal (muy paternalista).

No hay que ser un genio para predecir que con las mismas reglas federales es obvio que se tendrán los mismos resultados; pésimos. Apuesto doble contra sencillo que en diez años seguiremos hablando de Chiapas, Oaxaca y Guerrero como los patitos feos.

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