El enfoque de la campaña

Artículo Localeando, 17 de Enero 2008 
Jaime Villasana Dávila 

Ahora mismo los partidos políticos en Coahuila están terminando de armar su plataforma electoral para la elección de diputados locales a celebrarse en octubre próximo. Como es costumbre serán dos los protagonistas; PAN y PRI, aunque la UDC mantiene un coto de poder en la región norte y el PRD ocasionalmente da visos de existencia. Esta configuración política hace que nuestro estado posea una democracia del tipo bipartidismo imperfecto pero con un partido eternamente dominante (PRI).

En 80 años (casi) el PRI-Coahuila sólo ha perdido en una ocasión (1996) la mayoría en el Congreso. Este dato más un gobernador con altos índices de aprobación, un PRI bien aceitado, una oposición débil y una sociedad conforme con lo que tiene, surge una primera pregunta básica ¿Cómo atraer o inspirar al electorado para que asista a las urnas?.

Por todos es sabido que a mayor apatía electoral entre los ciudadanos mayores oportunidades para el PRI de ganar con su voto duro. En 1996 estábamos todavía en los remanentes de una crisis económica y eso estimuló en parte a los ciudadanos para votar. Otro gran estimulante fue una investigación hecha pública en días previos a la jornada electoral por el periódico El Norte que revelaba supuestos negocios turbios del entonces gobernador. Ambos hechos fueron errores atribuibles al PRI y no virtudes de sus oponentes. Así pues la pregunta del párrafo anterior se concatena con esta ¿Cuáles son en 2008 los estimulantes para salir a votar?

Quien menos debe preocuparse por encontrar estas respuestas por lógica es el PRI más no así los partidos opositores, especialmente el PAN. En 2008 no hay crisis económica y además el PAN gobierna a nivel federal. Hasta ahora, por ejemplo, no se ha caído ningún puente de los construidos por la administración estatal o hay visos de un escándalo de corrupción de un funcionario priísta. El caso del DVR de Torreón y la falta de castigo a los responsables pudiera ser un estímulo pero lo sería sólo en la Laguna, aunque el contraataque priísta sería inminente con el caso de los jefes policiacos video grabados y… la falta de castigo.

¿Cómo entonces derrotar al PRI en un “estado priísta” y en una no atractiva elección intermedia? ¿Con buenas propuestas? ¿Escogiendo sólo buenos candidatos? ¿Atacándolo? ¿Diciéndole al ciudadano que es necesario tener un Congreso de oposición? ¿Necesario para qué y para quién?

Muchas preguntas ¿habrá respuestas?

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