Artículo Localeando, 12 de Marzo de 2009
Jaime Villasana Dávila
Antes de abordar el tema de hoy quiero felicitar a Javier Fuentes (director de “10 Minutos”) y a su equipo de colaboradores por el segundo aniversario del periódico, mismo que inició operaciones por estas fechas hace dos años. ¡Que vengan muchos más!.
Ahora vayamos a lo nuestro. Semanas atrás el PRI registró ante el IFE su Plataforma Electoral (PE) 2009-2012. Este documento es el plan de trabajo que cada partido diseña según su perspectiva para fortalecer al Estado mexicano, hacerse de votos y obviamente llevar a cabo desde el Congreso federal. Muchos lo consideran un plan de buenas intenciones realizado sólo para cumplir con la ley.
Entre otros tópicos la PE priísta indica que sus futuros diputados federales trabajarán para "promover la autonomía de gestión de las entidades de fiscalización superior en los Estados, con el fin de homologar la estructura institucional en todo el país. Esto implica ampliar y fortalecer tales órganos de control, fiscalización y evaluación".
Señala también que van a "propiciar que los indicadores para medir el desempeño institucional y de programas de los gobiernos cuenten con los estándares de calidad internacional y generen la confianza en los ciudadanos”. En la actualidad cada quien se mide como quiere y por lo tanto los resultados son muy cuestionables y además dicen poco.
Otro aspecto incluido es relativo a sentar las bases para establecer el Servicio Fiscalizador de Carrera en el ámbito federal y estatal, así como darle mayor importancia a las auditorías de desempeño realizadas por las Auditorias Superiores estatales.
Su PE habla de consolidar la autonomía del IFAI y de sus similares estatales. En el mismo tema de la transparencia buscan fortalecer y consolidar el avance hacia un Sistema de Contabilidad Nacional. En nuestros días cada estado maneja una contabilidad a su modo, propiciando severa opacidad.
En términos generales la PE priísta es adecuada para fortalecer la institucionalidad, transparencia y democracia en los estados, hoy asfixiados por el poder casi absoluto de los gobernadores (18 de ellos priístas).
El PRI, el partido más federalista hoy en día (mucho de ello por conveniencia), sabe que como estamos ahora (sistema “feuderal”) es peligroso para la unidad nacional (recuérdese escenarios del siglo XIX e inicios del XX) y no quisiera enfrentar cacicazgos consolidados para cuando gane nuevamente la presidencia.
Aunque también quizás simplemente se trate de buenas intenciones como muchos piensan. Ojalá no sea así.
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