¡Que alguien salve a Nuevo León!

Artículo Localeando, 17 de Febrero de 2011 
Jaime Villasana Dávila 

La sociedad neoleonesa está peleando quizás la peor de las guerras pues lo hace simultáneamente contra dos enemigos; a) un crimen organizado bien organizado y b) su propio gobierno. Del primer enemigo hay nada que agregar.

El segundo enemigo es diferente pero conocido. Duele y frustra su actuar dado que debiera ser un aliado natural e incondicional de la sociedad pues de ésta nace. Pero sus líderes al parecer prefieren cuidar intereses distintos al bien común, sin importarles que su propia destrucción vaya implícita.

Día tras día medios de comunicación de NL relatan la opacidad y cerrazón del gobierno estatal por difundir información de la deuda pública, su monto y las tasas de interés pagadas por ella.

La justificación para negarla es ridícula. Tal negativa desmoraliza internamente y alimenta la desconfianza y desunión social, por más que el gobernador hace llamado tras llamado a la unidad ¿cómo confiar en tu pareja, a quién le has dado una tarjeta de crédito tuya y ella esconde los estados de cuenta para que nos los veas, mientras la cuenta sigue subiendo y tú recortando gastos para poder pagarla? Ese tipo de confianza y unidad que pide el gobernador no existe en una democracia.

Por si fuera poco la bancada priísta en el Congreso estatal, la cual tiene mayoría, se suma a esta guerra contra la sociedad rechazando la aprobación de la nueva ley de fiscalización y, para relegarla, simulan una “consulta popular virtual”. Ni Ulises Ruiz ni Mario Marín hicieron un absurdo similar.

En la definición de este escenario hay corresponsables. La bancada panista bien pudo aprobar la ley respectiva cuando tuvo mayoría en el Congreso pero no lo hizo, además prostituyó el capital humano de la Auditoría Superior al colocar en su organigrama a panistas, a sabiendas que una entidad así debe ser totalmente apartidista (El Norte, 17112010).

Otro enemigo gubernamental o público se encuentra en la Comisión de Transparencia de NL. Cuando más se necesita la rendición de cuentas para ganarse la confianza ciudadana y enfrentar unidos la durísima guerra contra el crimen organizada, la CTAINL rema hacia el lado opuesto de su propósito. Más ejemplos pueden darse.

¿Qué pasa con la moral colectiva y política de NL? Dicen que NL tiene un gobierno de segunda y una sociedad de primera, pero no estoy seguro de ello pues hasta ahora ésta última no ha actuado solidariamente, aplicando el empuje que les caracteriza para revertir las adversidades.

El estatus ejemplar de NL a nivel nacional tiene grietas estructurales y sólo sus ciudadanos (no su gobierno) podrán repararlas. Como me dijo un neoleonés; se necesitan egipcios en NL.

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