De vuelta al País Vasco

Artículo Localeando, 20 de octubre de 2011 
Jaime Villasana Dávila 

Ayer miércoles llegué a Bilbao, ciudad principal del País Vasco (PV), y un ejemplo formidable de regeneración urbana y económica iniciada a finales de los 80s que le hizo una hermosa y pujante ciudad receptora de millones de turistas anuales.

Mi primer contacto con Bilbao (y España) ocurrió en diciembre de 2006 cuando llegué a estudiar el doctorado en la Universidad del PV. En ese entonces el único obstáculo de un desarrollo pleno era la banda terrorista ETA la cual estaba “vivita y coleando”.

Recién llegué algunos me advirtieron que hablar de política y ETA era de cuidado pues no se sabía quien pudiera estar escuchando alrededor. Compré una playera con signos nacionalistas vascos y la vestí. Igualmente me dijeron que podía levantar algunas cejas por la calle (creo no las levanté, al menos no me dí cuenta).

Conforme pasaban las semanas y me adentraba en su cultura y política, descubrí la seriedad de la situación y algunos elementos que así la hacían. Noté también como el entramado nacional e identitario de España colgaba de un hilo que unos querían reforzar (españolistas) y otros querían reventar (algunos vascos, catalanes, gallegos) pues no era el de ellos.

Sobre esto último tres casos (de otros varios) me dieron todavía más pruebas; a) un par de kale borroka (violencia callejera) que presencié en el centro de Bilbao y que consiste en cientos de vascos pro-separatistas marchando por calles haciendo destrozos y gritando consignas fuertes, b) un partido Athletic de Bilbao vs Real Madrid y miles de asistentes gritando al unisono “españoles, hijos de puta” con una enjundia jamás vista y c) los guaruras que tenían dos de mis profesores para protegerles debido a amenazas de extremistas.

Todo eso no me desanimaba, al contrario, me inspiraba pues había venido a Bilbao a estudiar un fenómeno de fuertes vínculos con el nacionalismo; el regionalismo, pero aplicado a México. Para mí era como estar en el paraíso (para mi esposa también pero por la belleza de la ciudad).

Desde la última vez que estuve aquí (2008), y según lo poco visto, algo ha cambiado la ciudad. La torre Iberdrola está práticamente concluida y el desarrollo urbano de Abandoibarra igual. En lo político, el PV recién vio nacer a Bildu, una fuerza política aglutinadora de corte separatista que en las pasadas elecciones locales fue la gran sorpresa.

Además, ETA se encuentra mucho más deteriorada y parece inminente su desaparición. Incluso la izquierda 'abertzale' (grupo político que siempre le apoyaba) le pidió su cese definitivo. De ser así el separatismo pronto dejará las armas para encauzarse por vías políticas e institucionales, tal como debió haber sido luego del franquismo.

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