1994 vs 2014

Artículo Localeando, 16 de Octubre de 2014
Jaime Villasana Dávila

Hace 20 años el país era un hervidero derivado de la insurgencia zapatista, el asesinato de Colosio, el asesinato del Secretario General del PRI, la desaparición de un diputado federal y la salida masiva de capitales. En estos mismos días de aquel entonces se fraguaba la crisis económica que reventó en el fatídico diciembre de 1994.

Que no se repita.
Al día de hoy tenemos el caso de Tlataya que involucra a 22 personas (posibles delincuentes) asesinados por militares cuando se habían rendido. Está el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa con su violencia extendida a Chilpancingo. El paro en el Politécnico continúa. Sumemos el caso del diputado federal asesinado y que la violencia en Michoacán sigue casi en los mismos niveles.

La buena noticia es que, a diferencia de 1994, los capitales no han huido del país. Al menos no por ahora. Los detiene las reformas recientemente realizadas, principalmente la energética cuyos inversores están acostumbrados a hacer negocios en los peores escenarios posibles. Además las reservas federales están en máximos históricos (US 190 mil millones), aunque bajando ligeramente

En resumen y en términos muy generales hoy tenemos una situación social, política y económica (bajo crecimiento) preocupante como dos décadas atrás, sin embargo tenemos un país mucho más maduro en lo institucional, económico y político, aunque con un problema de crimen organizado no controlado. Además en 1994 hubo cambio de gobierno y en 2014 ni siquiera hemos llegado a la mitad del actual sexenio, habiendo tiempo de sobra para definir una estrategia que conlleve a enfrentar y potencialmente solucionar los problemas.

En medio de este escenario la pregunta es ¿porqué cuando parece que un gobierno priísta está logrando el tan esperado éxito nacional las cosas se complican? ¿será por su exceso de cuidado al actuar para no parecer represor? ¿por un complot político? ¿por la divina providencia?

Personalmente creo que la semejanza entre 1994 y 2014 es mera coincidencia y son el resultado de lo que todos sabemos; simulación acompañada de dejadez. Veinte años después seguimos sin aplicar las leyes tan siquiera en una mínima parte que nos permita una mejor convivencia y mayor bienestar. Y aplicar las leyes es un requisito indispensable de cualquier país que quiera vivir en democracia.

Con frecuencia escucho decir a políticos que aplicarlas no es tan sencillo debido al complejo tejido de intereses. Pero por esta inacción tenemos casos como el de Ayotnizapa, lo cual sorprende pues si hay figuras políticas que han sido detenidas esos son los Presidentes Municipales.

Todos los casos delicados que tenemos hoy en día son generados precisamente por inacciones como esta. Por ello los últimos en quejarse y señalar culpables deben ser los políticos pero sí deben ser los primeros en actuar.


De lo contrario seguiremos teniendo estados, regiones y municipios fallidos un día sí y el otro también, tal como sucede desde 1994.

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